Confirmado por Hacienda: estas son las nuevas medidas para vigilar los cobros en negro de los autónomos

La Agencia Tributaria está implementando nuevas medidas para reforzar el control fiscal sobre los autónomos y las empresas, con el objetivo de combatir la economía sumergida y mejorar la eficiencia en la recaudación de impuestos. El foco principal de estas medidas se centra en la obtención de información más detallada y frecuente sobre los cobros realizados por los profesionales, pasando de un reporte anual a uno mensual. Este cambio significativo busca una mayor transparencia en las transacciones económicas y una detección más temprana de posibles irregularidades.
Mayor control sobre los cobros mensuales
El núcleo de esta nueva estrategia reside en la modificación de las obligaciones de información que tienen las entidades financieras con la Agencia Tributaria. Actualmente, los bancos informan anualmente sobre los movimientos de las cuentas de sus clientes. Con la nueva normativa, se les exigirá que remitan mensualmente los datos sobre los cobros recibidos por autónomos y empresas a través de diferentes medios de pago, como tarjetas de crédito y débito, TPV (Terminales Punto de Venta), datáfonos e incluso aplicaciones de pago móvil como Bizum.
Hacienda justifica esta medida argumentando que la obtención de información con mayor periodicidad permitirá una evaluación más precisa del riesgo recaudatorio, facilitando la investigación de posibles fraudes, la adopción de medidas cautelares y la ejecución de embargos de forma más ágil y eficiente. Además, se destaca la importancia de la detección temprana de actividades fraudulentas u ocultaciones de ingresos, lo que contribuirá a una mayor equidad en el sistema tributario.
Por ejemplo, un contribuyente con pareja y con un hijo menor de tres años no sufrirá ninguna retención en el IRPF por las sucesivas rebajas aplicadas en los últimos años. Sin estas, la factura ascendería a 839 euros al año. Por su parte, un contribuyente con pareja y con un hijo mayor de tres años tendrá una retención de 99 euros en lugar de 1.109 euros.
Tradicionalmente, Hacienda ha ajustado los mínimos exentos del IRPF para alinearlos con los incrementos aprobados año a año, evitando así que los beneficiarios del salario mínimo tuvieran que tributar. Sin embargo, en esta ocasión ha decidido mantener el límite de tributación en el nivel actual, lo que implica que parte de los trabajadores que perciban el nuevo suelo salarial deberán pagar IRPF por el excedente. En la mayoría de los casos lo harán vía retenciones, ya que, por lo general, estos asalariados no están obligados a presentar declaración de la renta. Los más afectados serán los solteros sin descendientes, dado que no pueden aplicarse las deducciones por situación familiar: los que cobren el nuevo SMI pasarán a pagar de 0 a 300,03 euros. Sigue siendo una diferencia notable frente a los 1.324,42 euros que abonaría el mismo salario en 2018, defiende Hacienda.